BOGOTÁ (SANTAFÉ)

NOS QUEJAMOS DE:

«Un momento después Jesús me dijo: Niña Mía, durante el sacrificio, únete estrechamente Conmigo y ofrece al Padre Celestial Mi Sangre y Mis Llagas como propiciación por los pecados de esta ciudad. Repítelo ininterrumpidamente durante toda la Santa Misa. Hazlo durante siete días. Al séptimo día vi a Jesús en una nube clara y me puse a pedir que Jesús mirara aquella ciudad y todo nuestro país. Jesús miró con bondad. Al ver la benevolencia de Jesús empecé a rogarle por la bendición. De repente Jesús dijo: Por ti bendigo al país entero. Y con la mano hizo una gran señal de la Cruz encima de nuestra Patria «

#39, Diario de Sor Faustina Kowalska

ORACIÓN POR BOGOTÁ (SANTAFÉ)

Jesús, viéndote así, sangrando con la Cruz a cuestas por las calles de Jerusalén, sólo, abandonado, escarnecido, nos preguntamos:

«Pero aquella gente que tanto habías amado, iluminado y hecho del bien,
aquellos hombres, aquellas mujeres, ¿acaso no somos también nosotros hoy?
También nosotros nos hemos escondido por miedo a vernos implicados,
olvidando que somos tus seguidores».

Pero lo más grave, Jesús, es que yo he contribuido a tu dolor. También nosotros, esposos, y nuestras familias. También nosotros hemos contribuido a cargarte con un peso inhumano. Cada vez que no nos hemos amado, cuando nos hemos echado las culpas unos a otros, cuando no nos hemos perdonado, cuando no hemos recomenzado a querernos.

Y nosotros, en cambio, seguimos prestando atención a nuestra soberbia, queremos tener siempre razón, humillamos a quien está a nuestro lado, incluso a quien ha unido su propia vida a la nuestra, por no respetar la vida desde el vientre materno. Ya no recordamos, Jesús, que tú mismo nos dijiste: «Cuanto hicisteis a uno de estos pequeños, a mí me lo hicisteis».

Por esto Señor de Misericordia perdónanos, hoy venimos a ti con un corazón contrito y humillado por haberte causado tantas ofensas, lava con tu Preciosísima Sangre, como lavaste las calles de Jerusalén, cada rincón de nuestras amada Bogotá (Santafé) para que en delante reine en ella la empatía y sea una nueva ciudad convertida, caritativa, donde se viva en tu paz, una ciudad que luche cada día por desterrar el pecado de sus calles, en la cual los parques sean para los niños y no para ver como nuestra juventud se consume en la droga, una ciudad llena de personas generosas sin egoísmo, una ciudad donde el corazón de sus residentes caliente la helada sabana, una ciudad que se preocupe por los más débiles, pobres e indefensos sin importar el estrato, el color, la raza, la región o la nacionalidad que sea, una ciudad en la que nos duela la necesidad del vecino desamparado, una ciudad  en la que se respete la vida en el vientre materno y la vida del anciano enfermo o caído en la indigencia, una ciudad en la que no se permita ver más a los hijos de Dios buscando comida en la basura, una ciudad donde el amor de sus habitantes sea más profundo que el mar caribe, donde su Fe sea más grande que nuestros llanos orientales, una ciudad donde nunca más haya lucha de clases, una ciudad donde nuestro orgullo, no sea el amor propio, sino que el único orgullo sea siempre amar a Jesús y a su Santísima Madre.

Jesús ten piedad de Bogotá (Santafé), Jesús sana a Bogotá (Santafé), Jesús salva a Bogotá (Santafé), Jesús libera a Bogotá (Santafé).

Si Jesús libera a Bogotá (Santafé), Bogotá (Santafé) queda verdaderamente liberada

Tomado de https://www.youtube.com/@cosascatolicas